Año nuevo, retos nuevos. Trucos para vencer la pereza


La temporada ha terminado. Ha sido un año lleno de sacrificado esfuerzo, de incontables entrenamientos y competiciones. Llegó el momento de suavizar el ritmo y disfrutar de una merecida pausa. Navidades, familia, regalos… Nuevas actividades ocupan nuestro tiempo. Y así, casi sin darnos cuenta, estrenamos nuevo año y nueva temporada deportiva. Llega el momento de ponerse en marcha.

Después de todo parón viene la consiguiente pereza. Por desgracia es tremendamente fácil sucumbir a la desgana, sobre todo si la temporada anterior fue muy exigente. Nuestra mente rechaza volver a la disciplina del deporte.

CONSEJOS PARA VENCER LA PEREZA

Por fortuna, no todo está perdido. Existen varios consejos que pueden ayudarnos mucho a sacudir esa pereza inicial. Y es que si conseguimos movernos, habremos dado un gran paso hacia la recuperación del hábito de la práctica de la actividad física.

1. Piensa en positivo. Practicar un deporte mejora nuestra salud física y psicológica. Es importante reflexionar sobre qué beneficio buscamos con la práctica deportiva. Para empezar, sólo nos interesa plantearnos algunos objetivos a corto plazo que sean fáciles de conseguir y que ayuden a asegurar el hábito, como puede ser rodar una hora tres días a la semana o hacer 300 kilómetros a la semana. Con el tiempo ya iremos mejorando y completando nuestros objetivos a largo plazo. Si nos gusta competir, estos objetivos mínimos deberán estar integrados en el primer mesociclo de nuestro plan anual de entrenamiento.

2. Busca el momento adecuado. Ninguna rutina tiene éxito sin disciplina. Nos interesa buscar y reservar un horario compatible con nuestras otras actividades diarias. Si realmente queremos practicar un deporte, el secreto está en compatibilizar antes que sacrificar, o en sacrificar antes que desistir. Cuidado con las típicas excusas de “no tengo tiempo” o “estoy muy cansado”; la mayoría de las ocasiones son sólo una señal de pereza. Obsesionarse tampoco es beneficioso porque sólo conseguiremos aumentar nuestro nivel de estrés.

3. Empieza poco a poco. Todo hábito comienza con un pequeño esfuerzo. La única manera de empezar a moverse es poniéndose en marcha, por eso más vale poco y bueno que nada. Lo ideal es empezar con una actividad suave, de bajo volumen e intensidad. Buscamos tonificar gradualmente la estructura de nuestro sistema locomotor para hacer frente a las futuras cargas crecientes de ejercicio físico, además de volver a recuperar las sensaciones propias de nuestro deporte. Si terminamos las sesiones con ganas de hacer más, estaremos consiguiendo nuestros propósitos de crear/recuperar el hábito.

4. Diviértete. El aburrimiento es el peor enemigo para mantener una actividad. Disfrutar con la actividad por sí misma es el mejor motivador con el que podemos contar para ponernos en marcha. No es momento de pensar en éxitos o de mejorar nuestro rendimiento o nuestra técnica, sino de pasarlo bien. Incorporar variaciones cada cierto tiempo como cambiar de itinerario o de horario de salida nos puede ayudar a mantener la diversión. Terminar nuestras sesiones con sensaciones de bienestar, alegría o satisfacción es un excelente indicador de entrenamiento bien hecho.

5. Mejor en compañía. No debemos descuidar la parte social del deporte. Compartir buenos momentos siempre ha sido una gran fuente de satisfacción personal. Lo ideal es buscarse compañeros de práctica deportiva con similares intenciones y evitar salir con personas muy competitivas que nos rompan el ritmo. Además de hacer más agradable la salida, tener una persona con la que pedalear nos ayudará a superar esos ataques de pereza que todos los deportistas sufrimos.


Ahora ya no tienes excusas para ponerte en marcha. Si sigues estos sencillos consejos, en relativamente poco tiempo y sin apenas darte cuenta estarás disfrutando nuevamente de tu deporte favorito. ¿Por qué no pruebas? ¡No tienes nada que perder y sí mucho que ganar!

JOSÉ LUIS PARDO
psicología del rendimiento